No se si fueron las flores o una bella mujer
llamada Margarita de la cual estaba enamorado el compositor, pero la
verdad es qué este Tango es bellísimo:
!OH MARGARITA!
En el jardín de mi querer, hay una flor,
que es un primor, por su belleza sin igual,
todo es amor, todo es querer y su color,
tan puro y bello, se torna angelical,
embelesado, solo vivo para ti,
si eres la flor de mi jardín, te cuidare,
y para siempre, margarita, te amare.
BIS
Dime, si en tus sueños,
ya no hay brumas, bella flor,
dime, si soy dueño,
vida mía, de tu amor,
eres tan bonita,
margarita, que se yo,
como embrujado de amor, por ti,
no dejes que muera yo así.
Nunca jamás, de mi jardín debes partir,
adonde iré sin tu belleza y tu candor,
si en mil ensueños, me parece revivir,
las horas sacrosantas, de nuestro santo amor.
ya nunca, nunca más, podré olvidar,
que en tu mirada descubrí lo que es amar,
y así, rendido de pasión, lleno de fe,
margarita, margarita te amare.